En 1966 Flemming Flindt se hizo cargo de la dirección del Ballet e introdujo la danza moderna (modern dance) en el repertorio. Debutó como coreógrafo con La lección (1963), basada en una obra teatral de Eugène Ionesco (1912-1994),
Los bailarines daneses salieron a escena con los pies descalzos en el ballet de Paul Taylor (1930- ) Aureola (1968), y toda una serie de coreógrafos de danza moderna.
Desde 1978 hasta 1985, el Ballet estuvo a cargo de Henning Kronstam y consolidó su fama internacional a través de varias giras y del Festival Bournonville de 1979, con el que se conmemoró el centenario de la muerte de August Bournonville. Fue un acontecimiento que demostró que, gracias al legado romántico, Dinamarca ha conquistado una posición de honor en el panorama mundial.
Frank Andersen, director artístico del Ballet entre 1985 y 1994, continuó la tradición iniciada por Bournonville. En 1991 logró que la Reina Margrethe II realizara la escenografía de Una leyenda popular y en 1992 organizó otro Festival Bournonville.
John Cranko (1927-1973) y John Neumeier (1942- ) fueron dos de los principales coreógrafos internacionales que aprovecharon el talento de los bailarines daneses para el drama psicológico. En la Dinamarca contemporánea no abundan los coreógrafos, pero Anna Lærkesen (1942- ) ha creado obras que desarrollan el estilo neoclásico con un talante muy personal, y el británico Tim Rushton (1963- ), el talento más reciente descubierto en el país, trabaja con bailarines clásicos y modernos en obras que van de la seriedad y la sensibilidad más absolutas hasta lo cómico.
0 comentarios:
Publicar un comentario